Quizás es más conocido el Solsticio de Verano pues su energía marca el principio del verano que es un tiempo de alegría, jovialidad, relaciones, es una energía masculina de extraversión y de acción.

Pero no es menos importante el Solsticio de Invierno que suele ocurrir el 21 de diciembre, justo cuando el Sol entra a 0º del signo de Capricornio.

Es cuando se produce la noche más larga del año y por tanto es una energía femenina con todas las cualidades femeninas como puede ser la empatía, intuición, imaginación, comprensión, creatividad, etc.

El Solsticio de Invierno nos trae una energía de reflexión, de introversión, es una energía nutritiva y ¿qué puede ser más nutritiva que la familia? Pues nada. Es la madre, la familia la que nos nutre, por eso es un tiempo para estar con la familia.

La energía del Solsticio de Invierno dura aprox 12 días con lo cual comienza el 21 de diciembre y finaliza el 1 de enero.

Esta fiesta que se celebraba mucho en los círculos paganos fue tomada por los cristianos y modificada para adaptarse a su religión, pero si nos damos cuenta, coincide con los rituales Católicos con lo cual olvidémonos de las religiones y celebremos la energía del Solsticio de Invierno que en definitiva es ir en consonancia con los ciclos naturales de la madre Tierra.

Celebremos el comienzo de esta energía con nuestros familiares y amigos íntimos y abramos nuestros corazones a la energía del amor que es la energía más sanadora que existe en el universo.

Realicemos una celebración “casera” acogedora, donde los elementos de decoración estén asociados con estar “a gusto”, velas, aromas reconfortantes, música suave, alimentos de gran contenido nutricional como frutos secos, bebidas calientes y algún que otro dulce.

¡Disfrutar desde el corazón!