En todo el Universo se dan dos energías independientes pero complementarias: la energía femenina y la energía masculina.
La energía masculina es el principio activo, el comienzo, la fuerza impulsora y motora, la extroversión, mientras que la energía femenina es la energía receptora, la creadora, la interiorización.
Todo en nuestro planeta y universo se puede catalogar en una de estas dos energías: el día y la noche siendo el primero energía masculina y el segundo energía femenina. Lo mismo ocurre con el calor y el frio, el rojo y el azul, el fuego y el agua.
Los chinos llaman a la energía femenina el YIN y a la energía masculina el YANG y hace siglos que realizaron un grafismo para indicar estas dos energías que conviven en armonía y que siempre la una contiene algo de la otra en representación que una de estas energías llevada a su máxima expresión se convierte en la otra.
Una buena representación es la noche que es Yin y justo en su máximo punto de oscuridad, es decir en su máximo punto Yin empieza a aclarar para convertirse en el dia, en Yang.
El yin y yang es un recordatorio de que todo tiene que estar en equilibrio pues un exceso de cualquier cosa, (alcohol, tabaco, comida, ejercicio, etc) es un exceso de yin o de yang que nos puede llevar a desequilibrios emocionales, mentales e incluso espirituales y que puede llegar a manifestarse como una enfermedad física.
