Cerca de Aracena en Huelva, se levanta la peña de Alájar, tambien conocida como la peña de Arias Montano.
Arias Montano fue el heterodoxo ministro de Felipe II, que se retiró a ella al considerar que tenia corrientes telúricas muy beneficiosas para el cuerpo y mente. Arias Montano se ordenó sacerdote con el hábito de Santiago, siendo el confesor personal de Felipe II. Además, Arias Montano participó en el famoso Concilio de Trento.
Tan convincentes fueron sus razones que el propio Felipe II viajó a la peña para comprobar in situ sus virtudes y disfrutar de ellas.
Arriba de la peña se sitúa la ermita de Nuestra Señora de los Angeles, punto álgido de la España mágica donde todavía, hoy en día, va la gente para beneficiarse de sus energías. A los pies de la peña hay una casita donde vivió el ultimo guardián de los secretos de Alájar, que se llamaba Antonio Alonso Vida,l pero donde previamente tambien había vivido San Victor.
La tradición sobre las fuerzas telúricas de la peña de Alájar pueden tener su origen en los caballeros de la Orden del Temple, que dominaron el suroeste de la península entre 1253 y 1258 y cuyos símbolos templarios aparecen en numerosos lugares como Villalba del Alcor o Trigueros.
