Somos un diseño divino y como todo diseño puede ser vectorizado y medido en cifras.
No hay nada que no tenga tamaño, forma o dimensión en el universo, pues hasta las partículas más pequeñas como son los electrones (energía negativa) y los protones (energía positiva) que interactúan entre sí para conformar la materia a través de los átomos, son medibles tanto en su tamaño como en índice de vibración y distancia entre ellos. Nosotros somos una expresión de este equilibrio divino entre estas dos partículas y por lo tanto podemos ser reducidos a números.
La numerología trata de eso, de cómo establecer una forma de entender mejor como somos y como nos relacionamos con los demás desde las matemáticas. Su origen no es muy claro pues hemos heredado diferentes formas de comprensión de pueblos tan dispares como lo eran los judíos, egipcios, babilónicos y griegos. Lo que ha llegado hasta nosotros es un compendio de observación que nos ayuda a entendernos mejor y a comprender como lo que nos rodea nos modela y afecta. Esta energía que es pura vibración es expresada por las cifras. Los números expresan esta vibración en sus diferentes escalas.
La numerología occidental identifica diferentes partes de nuestro yo y por lo tanto en esta radiografía de nuestra persona expresa también las áreas de nuestro cuerpo que son influenciadas por el número resultante de nuestra carta. Cada número simboliza un tipo de energía, un tipo de vibración y rige partes de nuestro cuerpo. Un exceso o un defecto pueden crear desequilibrios que en estado límite nos puede llevar a la enfermedad.
Esta disciplina mística se basa principalmente en 9 números naturales y básicos que configuran un ciclo completo de nuestra existencia. Los demás números son composiciones y permutaciones de estos 9 números que aportan información sobre la evolución una vez completada esta rueda evolutiva.
El ser humano es único pero en su unicidad tiene puntos en común con todos sus congéneres. De alguna manera todos somos similares en nuestras motivaciones principales. Este pensamiento tan universal está circunscrito en la visión espiritual pitagórica en que cada uno de nosotros puede ser explicado a través de los números. No importa bajo que prisma social o religioso hayamos crecido, todos tenemos los mismos sentimientos y anhelos: nos sentimos felices cuando estamos enamorados, nos asusta la enfermedad y la soledad, la traición nos crea ira y nos entristece sentirnos desamparados y sin amor. Todos estos sentimientos son inherentes al ser humano. Solo nos diferencia la forma de afrontarlos, la forma de trascenderlos y esa diferencia no solo está en nuestra personalidad sino que ha sido y es ayudada por todos los condicionamientos sociales, familiares y religiosos en los que estamos imbuidos.
Los números no entienden ni de sociedad ni de religión, los números son neutrales y sus vibraciones son constantes. Solo se alteran o se hacen más notorios en conexión con otras personas. Aunque las emociones y arquetipos contenidas en cada vibración numérica sean neutrales, estas se manifiestan de un forma u otra en función del ser humano y sus respuestas ante la vida.
Nuestro yo interno, nuestro aprendizaje o nuestro yo de expresión vibran en una longitud de onda que se adapta en la relación con otros seres humanos y la naturaleza, creando interacciones que nos ayudan a evolucionar.
Esto también se refleja en cómo se comporta un tipo de personalidad específica a la hora de afrontar experiencias, pues una persona número 1 en su vía de destino no responderá de igual manera a los retos que una persona número 8. Las tensiones o disfunciones emocionales se terminarán manifestando en áreas específicas de nuestro cuerpo. Y no será lo mismo el estrés vivido por un 1 que por un 8, lo que puede, en función de la intensidad, afectar a las partes más vulnerables del cuerpo asociadas a su vibración numérica y a su personalidad.
Una persona con un número específico no solo se mide por su fecha de nacimiento. Es un compendio de todo un análisis realizado a través de la valoración de las letras de su nombre y apellidos, así como de la fecha de nacimiento. Siguiendo el ejemplo expuesto, si una persona que por su fecha de nacimiento tiene una tipología 1 se enfrenta a un problema, nunca lo hará solo desde un planteamiento único de líder, o guerrero, sino que aunará todos aquellos atributos inherentes a su personalidad y herencia contenidos en el nombre y los apellidos.
Los seres humanos vibramos de diferente forma en base a la experiencia que vivimos, aunque sí existe una tendencia que sobresale y es identificable sobre el resto; esta es más notoria en momentos críticos de nuestra vida, reflejando características específicas de un número en referencia a otro.
Como hemos indicado al principio de este artículo, en el universo todo es pulsión. Esta pulsión es pura vibración que en función de su longitud de onda la percibimos o como un color o como un sonido y afectan a nuestro organismo de una forma positiva o negativa en función de cómo sincronicemos nosotros con esa vibración.
La luz y el sonido son exponentes del movimiento de los átomos que configuran el universo. Estos átomos de los que estamos formados todos los seres interactúan entre sí y la energía que derivan de su movimiento es percibida por cada uno de nosotros en diferentes formas.
Hace milenios que los orientales hindúes y chinos descubrieron como la energía, la vibración del universo afectaba a nuestro cuerpo y como este reaccionaba ante una variación de la misma, ya sea en equilibrio o en desequilibrio. Identificaron puntos específicos en nuestro cuerpo que son como canales conductores de energía que nutren y regeneran nuestro cuerpo. Estos puntos principales fueron llamados chakras que en sánscrito significan “ruedas”. La medicina tradicional china dibuja un mapa energético de nuestro cuerpo cuyos puntos de conexión son llamados puntos chi.
Los chakras son 7 “vórtices circulares” o centros de energía, que conectan con los flujos energéticos del planeta y del universo, alimentando nuestro cuerpo con dicha energía.
Cada chakra rige una parte del cuerpo y por lo tanto rige órganos y partes de nuestro organismo. El defecto o el exceso de energía en esos puntos afectan al ser humano no solo físicamente sino también emocional y espiritualmente.
Cada número de la rueda de los 9 tiene su conexión con cada uno de los 7 chakras de nuestro cuerpo ya que cada uno rige una parte del mismo.
Los 9 números de la personalidad y sus vínculos con los 7 chakras del cuerpo.
1
“Yo soy” – Voluntarioso, hermético, original, independiente, agresivo, individualista, creativo, dominante; el líder, el pionero, el jefe al que gusta de la autoridad. “Aquel que avanza hacia delante”
Vivir el momento presente – Todos somos uno
7mo. Chakra del espíritu
Sahasrara (correspondencia con el número 1)
1er. Chakra de la conexión con la tierra
Muladhara
(correspondencia con el número 10)
Sistema muscular, esqueleto, pies, base de la columna, recto, sistema inmunitario y glándula pineal.
2
Adaptable, político, amable, precavido. Un seguidor más bien que un dirigente.
6to. Chakra del poder de la mente
Ajna
Ojos, nariz y oídos, sistema nervioso general, sistema linfático.
3
Expansivo, sociable, espectacular, comunicativo, creativo, capacidad de la diversificación, fértil.
6to. Chakra del poder de la mente
Ajna
Cerebro y glándula pituitaria
4
Concepto de la forma, trabajador/a, sentido del orden, espíritu práctico, construcción, estabilidad, resistencia y disciplina.
5to. Chakra del poder de la voluntad
Vishuddha
La mente, tráquea, cervicales, tiroides, paratiroides y garganta.
5
Versatilidad, ingenio, adaptabilidad, cambio, actividad, viajero, aventurero, especulativo, atracción sexual.
5to. Chakra del poder de la voluntad
Vishuddha
Sistema nervioso central, hipotálamo, garganta, boca, dientes y encías y esófago.
6
Responsabilidad familiar y social, servicio, amor, compasión, consejo, mediación, poderes curativos, creatividad. Belleza emocional.
4to. Chakra del poder emocional
Anahata
Corazón y sistema circulatorio sanguíneo, pulmones, hombros y brazos, costillas/pechos, diafragma y timo.
7
Fortuna, custodia, control, gobierno, juicio, sueños, la soledad del guerrero. Victoria
3er. Chakra del poder personal
Manipura
Espina dorsal, procesos mentales y nerviosos. Parte central de la columna, glándulas suprarrenales.
8
Lucha, tenacidad, materialismo. Ardientes, entusiasmo, capacidad de ver la parte global de las cosas. Ambición y concentración en el esfuerzo. Gloria
3er. Chakra del poder personal
Manipura
Vesícula biliar, hígado y bazo. Abdomen, estómago, intestino delgado y páncreas.
9
Valientes, desinteresados, interés por la humanidad. Realización espiritual e intelectual. Impulsivos. Inspiración. Respeto mútuo
2do. Chakra de las relaciones
Svadisthana
Órganos sexuales, intestino grueso, vértebras inferiores, pelvis, apéndice, vejiga y zona de las caderas.
