El símbolo del infinito se utiliza en una gran variedad de terapias para que los dos hemisferios cerebrales entren en sincronía. Nos sentimos bien cuando tanto el hemisferio izquierdo que es el masculino, que realiza las funciones racionales y el hemisferio derecho que es el femenino y realiza las funciones emocionales, interactúan perfectamente y están en armonía pues, entre otras muchas cosas, se da una mejor coordinación entre sentir y pensar.

Sin embargo, la lateralidad cambia en el cuerpo ya que el hemisferio derecho rige la parte femenina del cuerpo que es la izquierda y el hemisferio izquierdo rige la parte derecha del cuerpo que es la masculina.

A lo largo de nuestras vidas, uno de los dos hemisferios predominará sobre el otro. En occidente donde se ha hecho énfasis en la parte intelectual del cerebro, en el izquierdo, se ha dado muy pocas oportunidades para que el cerebro derecho se utilice adecuadamente y esto ha dado lugar a que tengamos miedo de nuestras emociones porque no es algo racional y cuando nos desbordan pensamos que es algo malo o que nos estamos volviendo locos.

Por ello es importante que le demos su espacio a las dos funciones de nuestro cerebro y aprendamos a sincronizarlas.

Te propongo un sencillo ejercicio para potenciar y combinar las cualidades analíticas y racionales del cerebro derecho con las cualidades creativas e intuitivas del cerebro izquierdo.

• Ponte de pie con los pies separados a la altura de las caderas
• Deja que tu brazo izquierdo cuelgue relajadamente al lado de tu cuerpo.
• Levanta tu brazo derecho recto, a la altura del corazón y cierra los dedos de tu mano derecha, pero deja levantado mirando al cielo tu dedo pulgar.
• Ahora empieza a dibujar con el pulgar grandes símbolos del infinito que ocupen desde el lado derecho de tu cuerpo al lado izquierdo, realizando la intersección de los dos bucles en el centro de tu cuerpo, a la altura del corazón.
• Procura hacer los dos bucles o lazos de la misma medida. Cuando extiendas tu brazo y mano derecha a un lado y al otro de tu cuerpo asegúrate que no inclinas tu torso para ninguno de los dos lados.
• Permaneces recto en tu postura y solo sigues el movimiento de tu mano con los ojos. Ni siquiera mueves la cabeza.
• Realiza 7 símbolos del infinito con un brazo y luego cambia al otro brazo y haces otros 7 símbolos con ese brazo.
• Puedes ir alternando los brazos hasta que, intuitivamente, consideres que es suficiente, pero haz el mismo número de infinitos con un brazo y el otro.

Asegúrate que durante todo el ejercicio mantienes una respiración profunda y uniforme. Después de unos minutos, te sentirás más calmado y liviano. La mitad izquierda y derecha de tu cerebro están empezando a relajarse y mantienen una mejor conexión entre ellos. Baja el nivel de estrés permitiendo que te inunde una paz interior.

Repitiendo este ejercicio, estas permitiendo que los dos hemisferios cerebrales se conecten de forma sencilla y efectiva. Te sentirás más contento y despierto. No hace falta que te centres en ningún pensamiento concreto, simplemente focalízate en el movimiento que hace tu brazo y confía que el símbolo del infinito está trabajando para tu mayor bien.

Este ejercicio solo te va a llevar un par de minutos y lo puedes hacer a cualquier hora del día y como un remedio rápido si notas que estas perdiendo tu centro alterándote.