En la primera sesión el terapeuta tiene que conocer los hechos relevantes de la vida de la persona para situar el problema o malestar que viene a solucionar en su contexto adecuado y tener la referencia correcta desde el cual tratar el tema.
En la segunda sesión se realiza la fase de indagación para determinar cuál fue la experiencia o trauma detonante del actual malestar y todos los traumas acumulados relacionados con dicho malestar.
Esto se hace a través de una relajación profunda y visualización guiada, donde es más fácil acceder al inconsciente de la persona y así obtener la información de las experiencias traumáticas.
Esta información se va recogiendo por escrito para posteriormente ir reprocesándola cronológicamente a través de la técnica de movimientos oculares e integración de hemisferios cerebrales, TIC, así como la estimulación del punto karate de la Técnica de Liberación Emocional y otras técnicas donde se mueve la energía en la dirección necesaria para disolver el malestar.
Si no diese tiempo en esta segunda sesión a reprocesar todas las experiencias traumáticas que hemos recogido, se empezará a reprocesar desde el trauma originario y se detendrá el proceso al final de cualquiera de las escenas que hayan surgido al consciente.
En la tercera sesión, se continuará en el mismo punto que se dejó en la sesión anterior y lo habitual es que esta sea la sesión de cierre donde se terminen de reprocesar todos los traumas que dieron fundamento al malestar del cliente.
Pero de no ser así, se continuará realizando las sesiones necesarias hasta concluir el proceso.