Cierto día, en un cementerio de una gran ciudad, se encontraban dos hombres presentando sus respetos a un familiar.
Un hombre de aspecto occidental colocó un precioso ramo de flores en la tumba de su madre y se dio cuenta de que el hombre de la tumba de al lado, de aspecto oriental, estaba depositando un cuenco de arroz en la tumba.
El hombre de aspecto occidental le miró con cierto asombro e incredulidad y se dirigió a él con tono de burla “disculpe señor, puede que me este metiendo donde no me llaman, pero ¿realmente cree usted que el difunto se levantará de su tumba para comer ese delicioso plato de arroz que le ha dejado?”
“Sí lo hará, cuando el suyo se levante para oler las flores que usted le ha dejado” contesto contundentemente el señor con rasgos orientales.
“Relato anomimo”
Este corto relato nos hace reflexionar sobre las costumbres y creencias con las que crecemos y que nos parecen las “adecuadas y verdaderas”.
Tenemos que aprender respeto y tolerancia para que este planeta fluya por el camino del amor.
