La actitud espiritual en la vida es permanecer optimista en todo momento. Si tienes una buena actitud puedes estar metido en las peores circunstancias y estar hundido un ratito, pero te vas a reponer y volver a estar contento otra vez.
En la otra cara de la moneda, si tienes una mala actitud puedes estar en las mejores circunstancias y podrás estar feliz un ratito, pero pronto estarás otra vez hundido.
El propósito de la vida es propagar felicidad, alegría, amor, buena voluntad y bendiciones allí donde vas, para que cuando dejes este sitio, la Tierra sea un lugar mejor por haber estado tú en ella.