La doctora Budwig fue nominada siete veces para el Premio Nobel de Medicina y por sus estudios recomienda que se tome una dosis diaria de veinte minutos de luz solar ya que cuando la piel se expone a la luz del sol sin protector solar, se estimula la producción de linfocitos en la piel; se activan las células T; se estimula el interferón (proteína); mejora la respiración celular; se crea vitamina D en la piel y la luz del sol recarga las células del cuerpo.
Cuando nuestra piel adquiere un tono rosado, nos está indicando que nuestro organismo ya no va a producir más vitamina D. Mayor tiempo de exposición perjudica a la piel. De 15 a 20 minutos es suficiente para pieles claras y sensibles, las personas con pieles más oscuras pueden permanecer más tiempo expuestos al sol.
Lo adecuado es exponerse 10 minutos al sol por la parte delantera y otros 10 minutos por la parte trasera, sin bloqueadores de Sol pues su formula contiene muchos ingredientes perjudiciales para la salud. Tampoco utilizar gafas de sol oscuras, pues impiden absorber oxigeno y luz solar a través de los ojos, que son conductos muy adecuados para que llegue la información al cerebro.
La mejor hora de exposición solar para producir vitamina D es cerca del mediodía hora solar, que es cuando podemos recibir más rayos UVB en vez de los peligrosos rayos UVA. En España vamos una hora adelantados en invierno y dos en verano. Alrededor del medio día es cuando necesitamos menos tiempo para producir vitamina D.
Podemos deducir que la moda de la gafa y piel oscura es perjudicial para la salud y todo en exceso es malo.