Los cuerpos del aura
En toda la literatura espiritual hay referencias a la luz y al color en relación con la naturaleza interior del ser humano. En esta entrada esa definición un poco más amplia.
Las capas áuricas mantienen una forma ovoidea de emanaciones de luz que rodea y penetra el cuerpo físico, aunque dependiendo del estado de la persona, puede cambiar esta forma y extenderse o encogerse por cualquiera de sus lados. Generalmente, el aura mide entre 40 centímetros y 2 metros, pero al estar compuesta de energía, puede expandirse más allá de estos límites.
La personalidad se asienta en cinco aspectos, que dan lugar a las cinco primeras capas o cuerpos del aura:
Cuerpo físico
Cuerpo etérico o cuerpo de bioplasma
Cuerpo emocional o astral
Cuerpo mental
Cuerpo espiritual o causal
El cuerpo físico es el aspecto inferior como forma de vida. En sus divisiones se ve un reflejo de los niveles interiores de consciencia.
Entre el espíritu y el cuerpo está el alma, y entre el cuerpo físico y nuestro mundo, y los cuerpos emocionales y mentales, yace el cuerpo etérico que irradia un halo entre blanco y dorado.
El cuerpo etérico es el patrón en el que se materializa el cuerpo físico, el transmisor de energía al cuerpo físico llenándolo de energía vital. Su estructura es idéntica a la del cuerpo físico, incluyendo todos los órganos, y está formado por diminutas líneas energéticas.
En el cuerpo etérico se encuentran los chakras, cuya función es recibir, transformar y distribuir la energía vital al organismo. Puedes aprender todo sobre los chakras aquí.
El cuerpo emocional es donde las energías emocionales se manifiestan, en él experimentamos la tensión de los opuestos: felicidad y depresión, calma y enfado… Su color varía desde matices transparentes y brillantes hasta tonos oscuros y turbios, lo que depende de la claridad o confusión de la emoción que los produce.
El cuerpo mental es la mente concreta, el principio razonador que aplica la lógica y el sentido común. Es el almacén de los conocimientos adquiridos y la habilidad para discriminar. Si se vuelve demasiado activo, puede empujar al cuerpo emocional a una frenética actividad, que a su vez empuja al etérico, que se manifiesta en el físico.
Otro aspecto del cuerpo mental es la mente abstracta superior, la transmisora de energías espirituales y el reflector del amor divino. Aquí se encuentran las facultades intuitivas y la capacidad del razonamiento puro.

Los colores del aura
De manera instintiva, se pueden registrar estos colores y formas. Captamos de forma inconsciente la energía de las personas y lugares formándonos una impresión sobre ellos.
Las personas que nos dan la sensación de ser grises, es porque su aura es gris, o al menos está formada por colores apagados y mates, con formas disparares e inconcretas.
Otras personas nos pueden impresionar, aunque estén lejos de nosotros, pareciéndonos vitales y lúcidas, es porque sus auras irradian colores claros, brillantes, precisos y su forma es ovoide y simétrica.
Los pensamientos bondadosos producen una buena aura mental, esta verdad se encuentra en el corazón de todas las disciplinas espirituales.
Como vemos el mundo a través de nuestras propias auras, nuestra visión va a estar distorsionada por estos patrones y podemos proyectar estos pensamientos a personas y eventos.

El color y las emociones
Los colores del aura están determinados por las emociones de la persona. El color puede ser constructivo o destructivo, estimular o deprimir, repeler o atraer, incluso masculino o femenino. Es capaz de reflejar lo positivo y lo negativo y ofrecer la clave para conocer la personalidad, el humor, la madurez y la salud de un individuo.
Cada color tiene su característica general, pero cada variación de ese color cambia un poco esta característica. La ubicación del color, su intensidad e incluso su forma en el campo áurico, también deben ser consideradas. Este curso enseña todo sobre el color.
Los colores más próximos al cuerpo reflejan aspectos de la condición física del individuo e indican cuáles son las energías que se manifiestan y presionan normalmente la vida de la persona en la que se ven.
Los colores y energías más alejados del cuerpo indican hacia dónde se dirige la persona en el curso de su vida.
Los colores que se ven en el aura pueden ir y venir en una rápida secuencia o permanecer como un patrón estable, si existe una línea de pensamiento constante o emoción persistente.
Un aura que contenga azul denota una alta espiritualidad, sentimientos religiosos y devoción a ideales superiores. Amarillo y naranja brillante indican un intelecto superior.
Sin embargo cuando estos colores están apagados o turbios, están mezclados con negro o tonos oscuros, pone de manifiesto que la claridad de pensamiento y propósito se han perdido.
No es lo normal, pero tampoco tan infrecuente que las personas vean el color del aura en otros y cada una interpreta los colores desde su punto de vista.
Cada emoción genera colores diferentes en la capa emocional del aura y por lo tanto ésta puede manifestarse en cualquier tono o combinación de colores. Los colores más brillantes y puros usualmente indican emociones elevadas y paz. Por otro lado los colores turbios son más característicos de emociones violentas o instintos bajos.
