En los albores del tercer milenio el ritmo del tambor ha vuelto a resurgir. Poco a poco vemos como mas allá del ámbito del músico profesional, el ritmo o mejor dicho la percusión se ha extendido por el mundo y vuelve a retomar su poder como instrumento de sanación y trasformación del ser humano.
Pero podemos preguntarnos, ¿cuáles son los beneficios de la percusión? a parte de los estados de trance a los que nos tienen habituados las películas del oeste, cuando los indios americanos celebraban sus fiestas o ritos…
Los beneficios del ritmo del tambor o la percusión son múltiples y abarcan muchos y diferentes aspectos del ser individual y colectivo, investigaciones científicas al respecto demuestran que estas sesiones rítmicas contribuyen al bienestar de las personas así como de familias o comunidades.
Algunas de las conclusiones a las que estos estudios han llegado es que estas sesiones generan salud individual, que fortalecen las relaciones del grupo, ayudar en la creación de equipos de trabajo cohesivos, resolver conflictos, inyectar energía y motivación, liberar tensiones…
Pero podemos ir más allá el ritmo de los tambores tiene sus fundamentos en la profundidad de nosotros mismos conecta con nuestro ese ritmo inherente a toda actividad orgánica, elemental, mecánica y energética que ciertamente está presente en todas las áreas del ser humano.
El conectar con estos ritmos nos ayuda a sostener un equilibrio emocional y nos enseña a relajarnos, a despertar la sensualidad, contribuye a la alineación de nuestros ritmos biológicos, a la sincronización del individuo con los ritmos de la Madre Tierra y del Universo, reduce la presión sanguínea y el ritmo del corazón (esto a nivel biológico da la sensación de “ser uno con el Todo”) y sincroniza el ritmo vibratorio y dinámico de las ondas cerebrales. Los beneficios de participar en estas sesiones rítmicas podemos sentirlos directamente en nuestra manera de gestionar nuestras emociones, nuestra energía y nuestra salud física.
En conclusión, sentir el ritmo de los tambores es una oportunidad de sanarnos y descubrir un mundo de posibilidades que nos ayudaran a mejorar nuestras vidas de una manera simple, sana y divertida.
Maria del Socastro González
Profesora y Terapeuta de Sonido
