Origen de los altares
Desde los tiempos más remotos, las personas han tenido altares en sus casas para comunicarse con Dios, rezar y recibir sus bendiciones. Aquí tienes un poco más de historia,
Los altares son un símbolo visible de la unidad entre el ser y el universo, la conexión entre el cielo y la tierra. Tradicionalmente se han usado para la devoción personal, el lugar donde solicitar abundancia en la cosecha, protección en los viajes, éxito en los propósitos y todo lo que se podía necesitar.
El origen del término altar es la palabra latina altare, de altus, que significa elevación. Los primeros altares personales eran colocados en alto, en mesas, plataformas o estructuras similares a estanterías.
Los altares tienen muchas funciones, pero la principal es proporcionar un reducto sagrado, alejado del ajetreo de la vida diaria.
Un altar en casa
Aunque la creación de altares personales se mantiene en algunas sociedades, la mayoría de la gente en occidente crece sin un altar en sus casas. Sin embargo en nuestra historia reciente, cuando la parte mística y espiritual de nuestra realidad ha sido negada o ignorada, la antigua costumbre de crear altares se ha mantenido a nivel inconsciente.
La necesidad de crear un espacio sagrado es tan profunda, que aunque no haya una intención consciente, se puede hacer un altar inconscientemente, por ejemplo colocando cuidadosamente fotos familiares en un mueble, adornando el espacio de trabajo, o una estantería con recuerdos de viajes. Esta práctica de colocar deliberadamente los objetos, agrupándolos de una forma concreta, es una reminiscencia de la presencia de los altares en el hogar.
La forma de colocar, libros, flores, velas, adornos en mesas, vitrinas, chimeneas de las casas u oficinas, es la manifestación externa de la necesidad interna de establecer un lugar sagrado en nuestro entorno. Pero al hacerlo de un modo inconsciente, muchos de los beneficios espirituales derivados de la creación deliberada de un altar, se pierden.
El valor consciente de tener un altar en casa y adaptarlo a los tiempos modernos, da la bienvenida a las experiencias espirituales y místicas en nuestra vida. Es una tradición que cualquiera puede seguir, independientemente de sus creencias religiosas o espirituales.

Uso y función del altar
Los altares en casa tienen muchos usos y funciones. No sólo proporcionan la sensación de entorno sagrado en el propio espacio, sino que de una forma más profunda, facilitan el contacto con nuestro ser superior, con los ángeles, guías espirituales, maestros ascendidos o con cualquier ser en el que creamos y confiemos.
Tener un altar es tener un pequeño templo en casa. Puede facilitar el camino a la sanación, el crecimiento espiritual y la auto integración, puede concebirse como un lugar especial para honrar recuerdos, celebraciones y festividades.
El tamaño y forma del altar personal depende del espacio asignado para él. Puede ser tan pequeño como una caja de zapatos u ocupar una habitación entera. Incluso puede crearse de forma que se pueda transportar de un sitio a otro. No hay una norma fija. Cada uno lo crea a su medida. Adornar el altar con flores, fruta, velas aromáticas, fotografías, cuarzos, etc. crea un espacio, que por su energía elevada, atrae paz, alegría y felicidad.
El poder del altar
De alguna manera, el poder del altar radica en su visibilidad. La estructura, la colocación y la simbología de los objetos, invoca a nuestra psique para que dé forma a lo que no tiene apariencia física y proporciona una representación visual de lo divino, para que podamos entenderlo y conectarnos con ello.
Sin embargo en un sentido más profundo, es el inconsciente, la parte del cerebro que determina nuestras creencias, la que se imprime en la interpretación simbólica de los objetos en el altar, por eso, simplemente con mirarlo, se pueden tener diferentes sentimientos y emociones.
Las piezas en el altar son objetos materiales, pero cada uno representa un ideal, una creencia, una relación, un concepto, una idea. Un altar coherente e integrado tiene la cualidad de impactar eficazmente en la mente inconsciente.
La forma física de un altar nos puede recordar la importancia de honrar nuestras partes divinas, es un centro para rezar a las fuerzas espirituales que nos acompañan.

Intención del altar
Cada persona debe elegir el motivo o la intención por la cual quiere crear un altar y esta elección debe realizarse desde la serenidad y teniendo en cuenta el mayor bien para ella y para su entorno.
Por ejemplo, un altar dedicado a elevar nuestra consciencia espiritual, puede ser un punto energético para la convergencia de símbolos que impulsan al espíritu humano hacia algo superior y puede aportar belleza y armonía a la vida.
El altar puede utilizarse para tres propósitos:
Un sitio donde rezar y pedir luz, ayuda y guía divina
Un espacio donde escuchar o recibir mensajes de las fuerzas espirituales
Un lugar donde dar las gracias por las bendiciones recibidas.
Los altares son un elemento de protección ya que se establecen como un portal de conexión con la luz divina. En el lugar donde lo vayas a establecer, se crea este foco de luz divina.