En cada cultura, religión o filosofía existen muchos símbolos que representan diversas características y por ello se utilizan para diferentes situaciones o rituales.
Pero ¿por qué tiene fuerza un símbolo? ¿Cómo se crea?
Muchas personas, durante mucho tiempo asocian determinadas características a un símbolo y cada vez que lo ven o piensan en él, están reforzando esas características a ese símbolo. Esto hace que se acumule mucha energía e intención alrededor de ese símbolo que empieza a actuar como una pila que emite una energía especifica.
Uno de estos poderosos símbolos es el del infinito que es como un 8 “tumbado” y que dependiendo de la cultura se le conoce por diversos nombres como el ocho tibetano, el infinito, la energía lemniscata y muchos otros.
Se le ha asociado las características propias del número 8 y además una serie de características que le hacen el símbolo adecuado para utilizar cuando quieres equilibrar las cualidades masculinas y femeninas y todas las dualidades que este planeta te ofrece, dentro de ti.
Aquí incluimos las cualidades que representan el hemisferio cerebral derecho e izquierdo.
Si quieres tener mejor sincronización cerebral y potenciar las cualidades femeninas y masculinas dentro de ti, te aconsejo que realices este sencillo ejercicio.
- Ponte de pie con los pies separados a la altura de las caderas
- Extiende tus dos brazos al frente, como si quisieras tocar la pared de enfrente.
- Ahora, con los brazos extendidos, a la altura de tu corazón, entrelaza las manos.
- Ahora empieza a dibujar con tus manos grandes símbolos del infinito que ocupen desde el lado derecho de tu cuerpo al lado izquierdo, realizando la intersección de los dos bucles en el centro de tu cuerpo, a la altura del corazón.
- Procura hacer los dos bucles o lazos de la misma medida. Cuando “dibujes” el infinito con tus brazos, asegúrate que no inclinas tu torso para ninguno de los dos lados.
- Permaneces recto en tu postura y solo sigues el movimiento de tu mano con los ojos, sin mover la cabeza.
- Realiza 21 símbolos
Realizando este ejercicio, estas permitiendo que los dos hemisferios cerebrales se conecten de forma sencilla y efectiva. Te sentirás más contento y despierto. No hace falta que te centres en ningún pensamiento concreto, simplemente focalízate en el movimiento que hace tu brazo y confía que el símbolo del infinito está trabajando para tu mayor bien.
Este ejercicio solo te va a llevar un par de minutos y lo puedes hacer a cualquier hora del día y como un remedio rápido si notas que estas perdiendo tu centro alterándote.
