Podemos decir que el Reiki es un método que permite a cualquier persona transmitir a través de sus manos una energía distinta de la propia capaz de reequilibrar sistemas energéticos desequilibrados. La misma palabra Reiki también se utiliza para referirnos a esa energía reequilibradora que se transmite.
La forma de hacerlo es conectar nuestro sistema energético con la energía Reiki y colocar nuestras manos sobre una persona para que a través de ellas se transmita. Las manos se van colocando en diferentes puntos del cuerpo para distribuirla adecuadamente.
Su recorrido coincide con medicinas milenarias como el ayurveda (los chakras) y la medicina tradicional china (los meridianos energéticos). Conforme la energía se va distribuyendo por el campo energético de la persona, éste se va reequilibrando.
Para conectarnos con la energía, es preciso realizar un ajuste de la frecuencia de nuestro campo para que esté en sintonía con la de la energía Reiki. Esto se hace a través de las iniciaciones de Reiki.
Hacerlo es posible para cualquier persona que asiste a un curso de Reiki. Desde el de primer nivel, en el que el maestro de Reiki ayuda al alumno a tomar conciencia de su propio sistema energético, lo sintoniza con la energía Reiki y le enseña unas reglas prácticas para poder transmitirla. Hasta los posteriores, en los que se aprenden otras aplicaciones como enviar Reiki a distancia a un enfermo o a un momento temporal diferente (cualquier desequilibrio es susceptible de recibir Reiki para perfeccionarse).
Desde el punto de vista espiritual, existen varias formas de entender el Reiki. Algunos maestros hablan de la energía del amor incondicional. Otros hablan de la energía que conforma el universo. A mí, me gusta definirlo como la energía propia del ser humano cuando se encuentra en su estado óptimo, tanto físico como emocional como espiritual, por eso sus efectos son tan potentes y no solamente en el plano material.
Para mí, el ser humano vive en este planeta una parte de su evolución espiritual, con lo cual sintonizar con el Reiki o simplemente recibirlo acerca progresivamente nuestra energía a la que corresponde a nuestro máximo potencial como seres humanos. Por eso, el Reiki, además de un sistema de sanación, se convierte para el que lo practica en un excepcional camino de crecimiento personal y espiritual
Pedro Espadas
Profesor del Instituto de Terapias Energéticas (ite)
www.itiee.org