A todos los humanos nos gustan los rituales, ya sean los que nos imponen las diferentes religiones, culturas, filosofías o los que creamos nosotros mismos. Todos tienen fuerza y validez.
Un ritual no es ni más ni menos que una serie de acciones o movimientos que te ayudan a fijar tu intención en un objetivo, en un deseo.
Cuando queremos algo, fijamos nuestra atención en ello y predisponemos a nuestro organismo a que vibre en esa frecuencia y por ende a atraerlo. Atraemos aquello que somos, aquello en lo que persiste nuestro pensamiento, imaginación y emoción
El ser humano aprende mejor jugando y un ritual no deja de ser un juego con simbolismo para nosotros.
Cada estación trae consigo una energía específica y el solsticio de invierno marca el comienzo de la energía de invierno. Esta energía es la adecuada y propicia para que hagamos un análisis de introspección. Es el mejor momento para recogernos y reflexionar sobre lo que queremos potenciar en nuestras vidas y los cambios que deseamos.
Cuando estamos con nosotros mismos y no hay distracciones alrededor podemos conectar más claramente con nuestro ser superior y escuchar lo que nos tiene que decir, aconsejar u orientar. Este es un buen momento para hacer un ritual donde plasmes tu intención de conseguir tus objetivos.
Aprovecha el invierno para “hibernar” a nivel energético como los osos y prepararte para materializar en la estación siguiente que es la de primavera.
Y si quieres realizar un pequeño ritual con nosotras para incorporar la energía del invierno ven a nuestro CONCIERTO DE NAVIDAD Y RITUAL DEL SOLSTICIO DE INVIERNO.
¡Te esperamos!